Hoy quiero ahogarme un poco en la profundidad
de mis pensamientos con la compañía y el trago amargo de unas cuantas cervezas,
quiero “construir unas alas de cartón
para poder llegar al sol aunque me muera de calor” como lo cantara la voz
frívola de León Larregui en una más de sus tantas perdiciones
psicotrópicas en busca de la inspiración.
Quiero que la vida pronto me comience a
cobrar factura de todas las cosas malas que he hecho, para que el dolor me haga
sentir un poco más vivo que como de costumbre. Quisiera ver morir poco a
poco mi alma para recuperar un poco de la nostalgia que se ha perdido en la
búsqueda de mis sueños.
Juntar el cielo y los infiernos para
encontrar la verdad acerca de estos dos mundos tan distantes pero a la vez tan
cercanos. Dejar de lado mi lado patán por un momento y tener aunque sea una vez
en la vida, la cordialidad y entereza de un caballero para entender los
sentimientos de una mujer.
Despertar de la pesadilla de la ingenuidad y
ejecutar mis ideas para formar un presente mejor, sin ayuda de falsos políticos
que solo buscan el olor de la sangre en los billetes del pueblo, para
poder chuparlo como si se tratase de malditas sanguijuelas, si así es ¡sangre!,
sangre y sudor que ha derramado gente trabajadora para poder llevar un bocado a
su mesa.
Espero que pronto mis cuervos me lleven a
volar, para dejar caer desde muy alto todas estas vagas ideas y quizás así
alguien las tome en cuenta, ¡claro! Después de reponerme de esta maldita resaca
moral que me ha causado el abuso de la melancolía.

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