Quien diría que a principios de los años
ochenta en la ciudad de Guadalajara un grupo de individuos sembraría un cáncer
que hasta la fecha sigue extendiéndose hasta el rincón más olvidado del país e incluso
rebasándose las fronteras sin encontrar cura alguna.
Me refiero al narcotráfico el cual Miguel
Ángel Feliz Gallardo y un grupo de sinaloenses se encargaron de dar a conocer
en México. Si bien el narcotráfico ya existía desde tiempo atrás, el grupo de
Gallardo fue el que se encargo de explotar de manera masiva este negro negocio.
En la actualidad el narcotráfico se ha
consolidado y lo que en un principio comenzó con un grupo de personas hoy en
día son miles los que se han contagiado de este cáncer, solo que ahora se
maneja de manera distinta ya que sus predecesores se han transformado en personas
mas refinadas e incluso con estudios para poder manejar mejor el business.
Ya no es raro ver en cada esquina como los
narcomenudistas venden toda clase de estupefacientes como si se tratase de un
Carlos V pero ¿Qué hacer con una organización que genera miles de millones de
dólares?, suena bastante complicado ¿no creen? Ya que cada día hay más pobres,
menos empleo y ¡claro! mínimas oportunidades de poder obtener una educación que
de una respuesta a la cura de este cáncer.

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